lunes, 18 de mayo de 2020

8. Últimos días de la abuela Rosidna

En anteriores capítulos se ha mencionado a la abuela Rosidna (Cap. 1 Ep. 3) para el año 2012 la longeva matriarca ha llegado a los 99 años superando varias enfermedades pero aun lúcida, y han pasado 6 años desde que Juan decidió salir de su casa (Cap. 2 Ep. 13). Entre sus últimos deseos pedía volver a verlo y comentarle que ha sido recordado en su testamento. Sus posesiones, el terreno y la casa ubicados en el del Comité del Pueblo se lo había dividido entre sus 5 hijes, y para asegurarse que el Sr. Guerrero, el alcohólico padre de Juan, no venda la parte que le correspondía, estableció que luego de la muerte del padre eso pase a manos de Juan, también ordenó que aquel hijo que le cuide en sus últimos días heredará la casa. Eso ha dado rienda suelta a la ambición de les hijes, antes que llegue la muerte ya se pelearon entre todes, la una prefirió el dinero por adelantado, la otra construyó en la parte del terreno que le gustó, entre los dos hermanos varones se disputaban la casa. Rodrigo, el mas ágil, ya se había mudado a la casa y a pesar de sus problemas de salud se dispuso cuidar a su madre. El mismo ubicó a Juan para que visite a la abuela, también le propuso que viva allí y le ayude en los cuidados.
Juan se negó puesto que en ese momento vivía con  su pareja Cerbero y no pensaba dejarlo, tampoco quería volver a tener contacto con su familia paterna, pues implicaba volver al closet, tampoco ambicionaba algo que no le correspondía. Pero 3 meses después la relación con Cerbero terminó, cuando quedó sin vivienda no le quedó mas opción que aceptar la propuesta del tío y así regresó a casa de la familia paterna, sin dinero, sin universidad, psicológicamente inestable por la relación tan conflictiva que terminó. En esas circunstancias el tío Rodrigo fue de gran ayuda económica y emocional, ya se había dado cuenta de la diversidad sexual de Juan pero guardaba el secreto, pues era consciente de la familia de neo fariseos que les rodeaba.
Una tarde Juan estaba fuera de casa, recibió una llamada del tío, entre llanto le dijo que la abuela Rosigna había muerto, a la llegada de Juan algunos familiares estaban en la sala, el tío lloraba desconsolado en un sillón mientras le daban agua, el cuerpo de la abuela aun estaba en su cama y nadie se atrevía a tocarlo, ya es sabido que Juan desde temprana edad se ha coqueteado con la muerte y no le molestaba hacer limpieza del lugar que ya tenia un aroma fuerte. Luego de unas horas llegó Amparo Medina, la prima y madrina pro vida (Cap. 2 Ep. 3) para llevar a la difunta a los servicios funerarios y luego al entierro en Ambato según su última voluntad. Nadie quería tocarla, entre Juan y Amparo la envolvieron en sábanas y la sacaron entre oraciones, de acuerdo a la creencia conservadora de la familia, aunque Juan ya no creía en eso pero aun recordaba esos rituales y por respeto seguía al coro de rezos. Los autos de la familia salieron en procesión y en la casa quedó Juan y un par de familiares mas.
De pronto llegó el Sr. Guerrero, como siempre en deplorable estado de embriaguez repartiendo insultos, Juan se dio gusto de decirle 4 verdades a su padre, expulsandolo de esa casa    y de su vida, el alcohólico violento, avergonzado regresó a Santo Domingo y volvió a desaparecer , hasta 9 años después, era febrero del 2021, el hermano de Juan le comentó que el Sr. Guerrero había muerto, Juan no le dio importancia al motivo del deseso ni detalles de cepelios, sólo la esperanza de cerrar círculos y borrar las cicatrices en el alma, que a pesar de los años y lxs sicólogxs no le dejaron de atormentar. En vez de tristeza le dio calma y hasta ganas de celebrar. 
Luego del sepelio de la abuela rosidna Juan continuó viviendo en esa casa algunos meses, pero el tío regresó a casa de su familia en Santo Domingo.


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